Abro al azar La soledad sonora, de Emily Dickinson, y leo:
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La araña una pelota plateada sujeta
en sus imperceptibles manos
y sobre sí danzando suavemente
desovilla su hilado hecho de perlas.
Se aplica, andando en nada,
en invisible oficio.
Sobre nuestro tapiz ella hace el suyo
en la mitad del tiempo.
Majestuosos, traza en una hora
continentes de luz.
Penden de las escobas de las amas de casa
como olvidados reinos.
* * * * *
Dickinson, Emily: La soledad sonora
Selección, prólogo y versión de Lorenzo Oliván
Colección LA CRUZ DEL SURValencia, 2001Editorial Pre-textos
Fotografías:
1) Argiupe aurenti, de Patrick Edwin Moran.
2) Dewy spider web, de Peter "Fir0002".
3) Último retrato de Emily Dickinson, ya vestida de blanco, imagen de autor desconocido y de dominio público (Wikipedia).
3 comentarios:
Poderosa mirada. saludos.
Extraño poema, muy intenso. No habia leído nada de Dickinson. Reinos olvidados que se deshacen en escobas que limpian rincones, es muy fuerte.
Gracias por descubrírmela.
Abrazos.
me ha costado leerlo, también lo encuentro extraño...
besos
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