domingo, 16 de septiembre de 2007

Un poema de Rodrigo Verdugo



Nada más regresar de vacaciones encontré entre mis correos un breve mensaje de un poeta desconocido; desconocido por mí, claro, porque en cuanto le pregunté por él a Google, la red me procuró un sinfín de enlaces con él y con su obra, algunos de los cuales ya me eran familiares.

Me felicitaba por mi blog y me enviaba unos poemas, pidiéndome que contemplara la posibilidad de publicarlos en estas páginas. Nunca hasta ahora poeta alguno me había pedido, quiero decir, me había hecho una oferta semejante. Gracias, Rodrigo, por pensar que este camino aéreo es un espacio digno en el que mostrar tu obra.

Aunque para mí ha sido un descubrimiento, Rodrigo Verdugo cuenta ya con un largo recorrido a sus espaldas y una alta presencia en medios culturales, editoriales y digitales.

Nace en Santiago de Chile el 9 de enero de 1977. Desde 1992 a 1996 se inició en el Taller de Poesía Isla Negra, dirigido por el poeta Edmundo Herrera en la SECH (Sociedad de Escritores de Chile). Es coeditor y articulista de la revista Derrame y miembro del Movimiento del mismo nombre. Su obra ha sido publicada en revistas y antologías chilenas y extranjeras, siendo traducida parcialmente al francés y al polaco. En 2002 publicó su primer libro, Nudos Velados, en Ediciones Derrame. En este vínculo podéis leer más sobre su trayectoria:

Lo primero que aprecié en sus poemas fue una gran riqueza expresiva. Rodrigo Verdugo es un poeta fértil, arriesgado y poliédrico que maneja bien las riendas de su Pegaso. De sus largos y altos vuelos surrealistas nos regala prácticamente en cada verso algún profundo y poderoso hallazgo. De entre los poemas que me envió, me he tomado la libertad de elegir el titulado Han vuelto, dedicado al poeta chileno Heriberto Rocuant, fallecido en 1943.

NOTA: la ilustración que encabeza esta entrada es una recreación de la minifoto que el poeta me envió.


* * *


Han vuelto

A Heriberto Rocuant



Han vuelto y sin ningún principio que disfrace a la sangre

Sin el mineral exorcizado

La lluvia los filma cuando entran a la casa sostenida por entrañas

La lluvia los va filmando cuando entran el zodiaco negro y las

[nutrias.

Tendrán su entierro en mi palabra

Su cuchillo incestuoso

Su carta escondida.

La casa sostenida por entrañas ya ha sido habitada

Es cosa de pasar muy de cerca y ver

Cómo juegan al dominó apostando pájaros prehistóricos y lágrimas

[de sangre

Tendrán que desmantelar los mandamientos de las olas

Si no quieren quedar prendidos como minerales en la atormentada

[exactitud

Tendrán una sombra equivalente a un tiempo muerto

Tendrán que tener un tiempo muerto equivalente

A convocar a todos los túneles en una sola boca.

¿Para que tener días desfondados?

¿Para que esperar que se haga el azul asistencial?

El mediador del espacio lo sabe

Y cae sobre el mar

Y no tarda en tener coartadas

Para con los lutos

Para con las heredades no consumidas

Para con las secuelas que bailan en los oídos del agua

Ojalá el mediador del espacio caiga también

Sobre la casa sostenida por entrañas

Y a pesar de tanto rayo y cáscara

Que nos cifran y cifran y cifran

Reconozcamos en un mismo punto ávido

A quienes se van

Y a quienes vuelven

Sólo con la adherencia esperada

Y el cielo necesario.




Rodrigo Verdugo


* * *


3 comentarios:

María Elisa Quiaro dijo...

pues prometo buscar más sobre el sr. verdugo. me marcha agradecida

maite dijo...

Hola Sebastián, cuanto tiempo... veré los enlaces,
un beso

Osselin dijo...

Digno de tu excelente gusto y tu poderosa sensibilidad.

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